Rydapt (midostaurina) se prescribe para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer de sangre. Es específicamente aprobado para el tratamiento de la leucemia mieloide aguda (LMA) en adultos recién diagnosticados que tienen una mutación genética específica llamada FLT3, en combinación con quimioterapia estándar. También se utiliza para el tratamiento de tres tipos de mastocitosis sistémica avanzada (un tipo de cáncer que afecta a ciertas células del sistema inmunitario): mastocitosis sistémica agresiva, leucemia de mastocitos y mastocitosis sistémica con neoplasia hematológica asociada.

Rydapt se toma por vía oral en forma de cápsulas. Para el tratamiento de la LMA, la dosis recomendada es de 50 mg dos veces al día en días 8 a 21 del primer ciclo de quimioterapia de inducción, y en los ciclos de consolidación, se toma dos veces al día continuamente. Para el tratamiento de mastocitosis sistémica, se toma 100 mg dos veces al día continuamente. Es importante tomar Rydapt con alimentos para mejorar su absorción. Las cápsulas no deben ser abiertas o trituradas.

Antes de usar Rydapt, los pacientes deben informar a su médico sobre cualquier condición médica preexistente, especialmente problemas cardíacos, pulmonares, o de la función hepática o renal. También es crucial informar sobre cualquier otro medicamento que se esté tomando, ya que Rydapt puede interactuar con otros medicamentos. Se deben realizar pruebas de función hepática y monitoreo del recuento sanguíneo regularmente durante el tratamiento. Las mujeres embarazadas o que puedan quedar embarazadas deben evitar usar este medicamento debido al riesgo de daño fetal.

Los efectos secundarios comunes de Rydapt incluyen fiebre, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, erupciones cutáneas, dolor musculoesquelético, neumonía, infecciones, fatiga, dolor abdominal y disminución del apetito. Efectos secundarios más graves pueden incluir problemas pulmonares, como neumonitis intersticial, y alteraciones severas en el recuento sanguíneo, que pueden aumentar el riesgo de infecciones graves, hemorragias o anemia. Es esencial monitorear la salud y comunicarse con el médico ante cualquier síntoma inusual.